Kuñatai - Las verdaderas herederas

Es en Génesis 2:18-24 que según nos cuentan, ellas empezaron a aparecer en la historia de la humanidad. Narra él libro sagrado que fue la costilla de un hombre él que sirvió como materia prima para su formación.

Con el tiempo hemos descubierto que en realidad... Fue el hombre el que salió de la pelvis de ella. La historia de la humanidad se resume en prácticamente eso, en él hombre como eje de toda la creación.

¿Y ellas? Ellas en un rol más secundario de acompañamiento en todo este tiempo.

Pero a lo largo de los siglos se han dado ciertos factores que llamativamente, nos han venido enseñando que muy a pesar de no tener un papel muy protagonico, son las mujeres las verdaderas herederas del mundo…

Pero en está ocasión, más allá de hablar de todas las mujeres que han sabido marcar la historia del planeta, me voy a limitar a contar las cosas que he venido notando en todo este tiempo en una pequeña ciudad del Paraguay.

Si, así es…

Voy a escribir y contarles de cómo descubrí él papel fundamental que tienen las mujeres de mi ciudad, las mujeres de Ypacarai Poco se sabe de su rol en la fundación de la ciudad, son solamente nombres masculinos los que suenan al momento de hablar de los artífices de la misma, es tal vez lo primero que en su momento llamó mi atención.

Me es imposible pensar que aquéllas personas que decidieron solicitar en su debido momento la independencia de la antigua tacuaral, no hayan estado asesorados por alguna esposa, hermana, madre o hija.

En pocas palabras, me cuesta creer que en dicha época tan histórica para nuestra ciudad, ningún hombre no haya escuchado en algún momento el más mínimo consejo de alguna mujer. Y ya que no existen registros históricos de aquélla época que avale mis sospechas sobre esta teoría que poseo, me veo obligado a creer con muchísimas dudas que ninguna mujer participó en la independencia de Ypacarai.

Es tal vez por eso que la mundialmente conocida guarania recuerdo de Ypacarai, en una de sus estrofas hace un llamado muy particular.

¿DÓNDE, DÓNDE ESTÁS AHORA KUÑATAI?

Y es así que un día también yo me detuve a pensar en lo mismo… ¿Dónde están realmente las mujeres de Ypacarai? Y de esa forma después de tantos años de haberla oído sin prestar demasiada atención al llamativo llamado que hace en sus melódicas letras dicha guarania, sin mucho más que pensar me puse como objetivo personal, encontrar de una vez por todas yo mismo a la kuñatai que Don Demetrio Ortiz en la letra de su canción llama una y otra vez.

Y debo de confesar que mi sorpresa fue enorme al enterarme que la misma no existe de forma física en un solo cuerpo, y cuando digo no existe, es literal. Recorriendo cada centímetro de Ypacaraí noté que la kuñatai de la que habla la guarania, está por todas partes.

Vi mujeres que día a día luchan desde él más profundo anonimato para que los cimientos de la familia no se derrumben, siendo madres, esposas, hijas, sustento del hogar, buscando ser independientes en un lugar donde aun se mirá con malos ojos a la osadía de no querer depender de un hombre proveedor. La kuñatai de la guarania ya no solo canta viejas melodías en guaraní, hoy reclama justicia y equidad para todos, y ya no desea él anonimato.

La kuñatai sabe y entiende que fueron ellas las que reconstruyeron él Paraguay cuando sobrevivir era impensado, y tienen muy en claro que aún cuentan con la fuerza para volver a hacerlo. En Ypacaraí existen una infinidad de mujeres que siendo artistas, bailan, cantan, pintan, y por sobre todas las cosas. Llenan de un encanto único está porción de suelo guaraní que sólo Dios sabrá porque las puso en éste lugar.

Líderes, luchadoras, madres que han sabido sobrevivir a la muerte de sus hijos, y que aún estando rotas en mil pedazos siguen dando pelea a la insoportable tristeza que genera la ausencia del que han sabido llevar en sus adentros.

Las mujeres de mi ciudad son cada vez más, se han convertido a lo largo del tiempo en una innegable mayoría, ancianas, mujeres adultas, jóvenes y niñas forman hoy un ejército dignó de admiración. Y la labor que llevan a cabo no es para nada fácil, son ellas las que se encargarán de hacer de nuestra Ypacaraí, una ciudad ejemplo de ciudades.

Son las Ypacaraienses las verdaderas herederas de lograr la armonía conciudadana de nuestra ciudad, siempre lo han sido, y yo por fin he logrado descubrirlo.

Desde hace un buen tiempo cada vez que me cruzo con alguna de ellas las observó con mayor atención, trato de aprender de su forma de andar la vida, y de todo lo que inconscientemente ellas enseñan. Y en algunas ocasiones, junto mis manos y me tomo él atrevimiento de solicitarles la bendición.

Porque estoy ciegamente convencido que más tarde o más temprano, serán ellas las que harán de mi ciudad…

Aquél lugar único que tanto sueño y anhelo.

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