El primer y unico goleador
Yo…
Yo crecí en la ciudad de Ypacaraí, lugar donde cuentan que al luisón lo fueron a enterrar.
Y dicen también…
Que hace ya muchos años atrás cuatro músicos de Liverpool allí fueron a tocar.
Hay algunos que relatan que en este lugar…
Vieron cómo el tren por la nariz el agua solía tomar, y que él mismo era tan liviano.
Que a mano se lo podía girar.
Existen tantas historias de su gente en esta ciudad.
Que hoy…
Hoy sobre una de ellas les voy contar:
En la India son fanáticos del cricket, en la Cuba de los Castro del baseball, pero en Ypacaraí elegimos el futsal; una batucada apasionada que a todos lados va a alentar a su selección, banderas enormes y programas de radio que hablan de ello por horas son muestra del entusiasmo que genera este deporte que detrás de él se moviliza todo el pueblo.
Y para coronar la pasión por este juego tenemos al primer y único goleador!!
Pero…
En este relato, existen cuestiones que van más allá de la cuestión deportiva, tampoco quiero contar las hazañas de superhéroes, mucho menos de personajes épicos o de alguna ficción.
Es simplemente la historia de un hombre que en este pueblo, tiene la identidad de cualquier ciudadano común.
Y cuentan los que lo conocen.
Aunque es de baja estatura, el mismo lo compensa con un gran corazón.
Hombre fanático del fútbol, director técnico tricampeón del club de sus amores.
De oficio herrero, es común verlo a la par de su hijo trabajar.
Los que juntos los pudieron ver.
Dicen que a pesar de los años el mismo sigue con las mismas fuerzas que tenía hace un tiempo atrás.
Quienes lo conocieron en su rol como padre, cuentan que es uno ejemplar.
Que sus constantes consejos siempre estuvieron ahí para que sus hijos se pudieran guiar.
Este personaje de mi ciudad, es de aquéllos que las puertas de su casa están abiertas para que algún encuentro entre amigos se pueda realizar.
O cuando el compromiso para con el otro requería de alguna actividad de solidaridad.
El hombre que supo hacer de los fierros su medio para subsistir.
Fue así como todos los días gracias a ello.
El pan en la mesa se podía servir.
Cuentan que a un techo de paja una canaleta le fue a instalar, que el fuselaje de un avión se animó a soldar.
Y que en mi ciudad...
No hay reja, portón o canaleta que él no haya podido armar
De una memoria poco beneficiosa para él oficio que fue a elegir, era común que las herramientas y las medidas se las fuera a olvidar.
Pero eso nunca fue motivo de problemas…
Esa es una de las partes que lleva como una marca personal.
Pero...
Hay quienes cuentan que...
Como todo personaje de las historias que tiene esta ciudad.
La vida también muy fuerte lo fue a golpear.
Y aunque a veces no se note.
Le dejaron heridas muy difíciles de curar.
Hoy…
Hoy a pesar de ello es normal verlo por las calles andar.
Porque dicen que tantos años de trabajar con hierros, lo convirtieron en un hombre difícil de doblegar.
Lo han visto junto a su hijo, trabajando como siempre lo suelen hacer.
O tal vez…
Yendo a ver algún encuentro futbolístico al club que lo vio crecer.
Invariablemente acompañado de los suyos, como siempre le gustó estar a él.
Este personaje por demás especial hasta supo ser leyenda, cuando en sus mejores épocas al fútbol se dedicó.
Ya que en aquel 1er campeonato nacional de fustal de 1.976, los más viejos cuentan que su talento lo llevó a ser consagrado como el primer y el único goleador.
Es uno de los tantos buenos ejemplos de personas que tiene mi ciudad.
Y al igual que muchos de nosotros, vivió y creció en este lugar…
Yo vengo de la ciudad donde al Luisón lo fueron a enterrar, un lugar único, y que tiene mil historias para contar.
Yo soy de donde vive Enrique Zelaya.
El primer y único goleador que tiene Ypacaraí.
Mi ciudad.